
En el camino trazado por nuestro gobierno de repartir la torta en partes iguales entre capital y trabajo, con el Estado Argentino como árbitro de peso, la “estatización” de Chávez levanta polvo y enerva ánimos de algunos sectores que dudan de la fidelidad de este gobierno a la economía de mercado.
El solo hecho de tener que sentarse a negociar cuestiones que antes se daban como derecho natural parece que producen bastante miedo, las paritarias ya son difíciles de tragar y si encima el Estado recupera áreas estratégicas…
La visión internacional dice que Chávez, Evo, Lula y los Kirchner conducen a la nueva Sudamérica unida y que lo hacen por la izquierda.
También se cree que el verdadero peligro es Evo y que Chávez no es más que un payaso con dinero. Según esta visión, el balance por derecha lo hace principalmente Lula que conduce al gigante emergente de Brasil secundado por los Kirchner y su Argentina que asoma del infierno.
Los medios presentan a un Chávez entre ridículo y payasesco y se cuidan muy bien de no profundizar el análisis ó de no mostrar números de la economía venezolana.
De Evo ni hablan.
¿Pero es esta visión la verdadera?
¿Son un simpático conjunto de voluntades o es en verdad un bloque con convicciones y objetivos claros?
Ya se comienza a entender que este simpático grupo de amigos que hacían discursos “populistas” en realidad son bastantes mas peligrosos de lo que se suponían.
Sin pretender hacer un análisis sociopolítico mundial ni mucho menos, a los ojos del mundo el MERCOSUR (Lula, Kirchner, Chávez y Evo) ha sorteado ya varios de los clásicos obstáculos que se les ponen a quienes quieren participar del juego. La impresionante batalla librada en la ocasión de la discusión del ALCA, en la que el bloque trabajo como un solo hombre (o mujer) cumpliendo cada cual su papel impecablemente, puso en evidencia que aparecía un nuevo jugador a considerar.
Los sectores de poder ya tomaron nota que el MERCOSUR se afianza económica y políticamente y de a poco les pelea espacios de poder, Chávez hace de punta de lanza, tira la estocada que sirve de medida para ver la respuesta y tantear el grado de beligerancia.
La respuesta no se esta haciendo esperar, los muchachos parecen estar dejando de lado algunas diferencias ideológicas para cerrar filas ante la embestida de esta neo izquierda que no usa fusiles sino que les pelea poder en su propio territorio y a veces con sus propias armas. Lo novedoso es que ya no esta Washington como otrora dispuesto a enviar marines, al menos no todavía.
Más allá del uso mediático electoral para tratar de echarle tierra al gobierno por su sociedad con Chávez y la obsoleta discusión acerca de estatizaciones y “empresas argentinas”, se deja entrever el verdadero enfrentamiento que se avecina.
Ya no es una pelea lejana y el poder percibe que es hora de prepararse para la embestida. Parece ser que el enfrentamiento es inevitable y que les conviene dar la pelea más temprano que tarde, para evitar que los gobiernos se envalentonen acumulando poder y dinero.
Por ahora son algunos gestos y ademanes, comunicados y reuniones que muestran que están vivos y solo hace falta que se harten de soportar para acomodar las cosas.
Por ahora solo son declaraciones de empresarios, aunque también es útil que la clase media y algún sector sindical haga ruido para que se tome nota que el camino no va a ser un paseo.
Por ahora…
Soy sincero, esta situación de siquiera representar un peligro para el poder establecido es algo que ni me imaginaba hasta hace poco tiempo, pero parece empezar a vislumbrarse.
¿Será que la historia nos da otra oportunidad?
¿Estamos preparados para aprovecharla?