viernes, 18 de septiembre de 2009

La Nueva Mayoría


Pasaron casi veintiséis años de dilaciones y silencios vergonzosos, de proyectos cajoneados ante el enojo del poderoso, de lenguas de compromiso y manos bien guardaditas en los bolsillos.
Desde el punto de vista político fue un día casi tan importante como el día de la derogación de la Leyes de Punto Final y de Obediencia Debida.
Todavía no sabemos que suerte tendrá la Ley de Medios en el Senado, pero lo que ha convertido a la sesión del miércoles en histórica es el hecho de haberse conformado una mayoría, más allá de las evidentes diferencias políticas, en pos de cumplir con lo que la patria necesitaba.
Desde este blog y luego del baldazo de agua fría del 28J se abogo por una revisión por parte del gobierno, los dirigentes y los militantes de nuestro espacio, de lo hecho hasta ese momento. Se ha insistido con la necesidad de ampliar la discusión de los grandes temas nacionales a los espacios no peronistas de este lado de la vereda, insistiendo en hacer un esfuerzo por dejar de lado la vieja “soberbia peronista” en pos de ampliar la base de sustentación de un proyecto político nacional, que supere el sometimiento de la patria a los intereses de turno.
Todo lo reclamado parece haberse cristalizado al menos circunstancialmente en esa sesión y se ha demostrado que no hace falta cantar la marcha para ser un argentino capaz de superar presiones y viejos rencores en pos del bienestar general.
Cuando Néstor Kirchner planteo como proyecto político a la “transversalidad”, posiblemente pensó en algo parecido a esta mayoría. A mi entender, aquel fue un proyecto conceptualmente correcto pero con los jugadores equivocados. No alcanza con autoproclamarse “progresista”, hay que demostrarlo en la cancha y en los partidos bravos.
Las vueltas de la vida le dieron a este gobierno y a nosotros la oportunidad de recomponer sus errores, de abandonar el autismo y entender que no se pierde si se negocia. Parece que hemos llegado a tiempo y nos subimos nuevamente al tren de la historia. De nosotros depende que no nos bajemos nuevamente, las orejas deben seguir abiertas sean las leyes importantes o no.
Es cierto, tal vez nos haga ruido que algunos reivindiquen a Sarmiento por ejemplo, o que critiquen el “autoritario Gral. Perón”. Está bien.
Tal vez el 28J fue un trago amargo que se de debió tomar para entender que no somos los dueños de la verdad, que para conducir al país a un futuro digno no alcanza con nosotros solos, que a veces es preferible avanzar a paso mas seguro y con una mayoría que legitime inexorablemente el avance logrado.
No fue tan importante la media sanción en si como lo aplastante de los números finales (147 a 5) y lo amplio del arco político que lo logro.
El final de la sesión, con la sonrisa de los radicales al escuchar la marcha peronista y luego el aplauso de los compañeros ante el grito de “Alfonsín, Alfonsín” fue todo un símbolo. A estos radicales no se les eriza la piel al escucharla, muy distinto a muchos de los que teníamos como compañeros en el “proyecto transversal”, evidentemente no todos son iguales.
Podemos aún perder en el Senado, pero se ha encontrado un camino que se debe recorrer pase lo que pase.
No hay que olvidar esa sesión, no hay que olvidar quien estuvo de cada lado, con nombre y apellido. Incluso fue importante la presencia de aquellos que votaron en contra pero legitimaron la sesión.
La desesperación de los vecinos de la vereda de enfrente nos indica que estamos en el camino correcto.
Gracias Cristina, gracias Rossi, gracias Macaluse, gracias Raimundi, gracias Lozano, gracias compañeros.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

El segundo tren


Si, es verdad, me encantaría ver como se desploma el imperio mediático de la señora. No voy a negarlo.
Tampoco creo que poco haya influido esta idea, a la hora de tomar la decisión de impulsar la nueva Ley de Medios por parte del gobierno.
Pero lo que me motiva a escribir este post es hacer un pedido. Que el árbol no nos tape el bosque.
La nueva ley de Medios que comienza a discutirse mañana no es un logro de este gobierno, es una cuenta pendiente de toda la democracia argentina desde el `83 al presente.
Podríamos ahondar en los motivos para mantenerla hasta hoy y explicar la concentración del poder en los grupos mediáticos a través de los gobiernos constitucionales, incluido el de Néstor Kirchner. Seria una linda discusión.
Pero lo importante es que de una u otra manera estamos ante la posibilidad de promulgar una ley que viene a modificar de raíz la forma en que se conciben y distribuyen los medios de comunicación. Potenciada por la importancia que tienen estos para nuestra sociedad, desde la formación de opinión hasta su función recreativa, pasando por la generación de nuevos paradigmas culturales para una sociedad que solo idolatra el éxito económico.
Es una oportunidad histórica, no la desaprovechemos.
Es necesario que olvidemos por un rato algunas diferencias y rencores.
Es necesario que escuchemos críticas y temores atendibles desde una perspectiva opositora.
Es necesario que su texto represente a la mayor cantidad de actores sociales posibles.
Es necesario que los que no la acompañen, lo hagan solo porque responden a su bolsillo o están tan ciegos de odio al gobierno que rechazarían cualquier cosa.
Es necesario que se apruebe con la mayoría más amplia posible, aunque para ello haya tal vez que resignar algunas cuestiones que no hacen a la cuestión de fondo.
¿Que modificación sensata al texto puede ser peor que la actual ley?
El gobierno juega en este tratamiento mucho de su capital. Mucho tendrá que ver con la forma en que sean escuchados los sectores afines, el papel que jugaran estos en el Congreso después del 10/12.
Como dije, es una oportunidad histórica que exige no cometer errores. Atar algunos egos y pensar dos veces antes de hablar.
Pocas veces el tren pasa dos veces, el 28J perdimos uno, por favor no perdamos este.