Se dice que todo gran equipo debe pasar antes de la consagración y la aceptación de sus adversarios como tal, por el amargo trago de morder el polvo, de perder sin atenuantes ante otro que no estaba en los planes.
La historia marca que solo existen dos caminos después de esta experiencia. Uno el ascenso al siguiente nivel con la firmeza de aquel que conoce lo que cuesta saborear la victoria y lo efímera de esta si no se mantiene la concentración y el compromiso, sobre todo en los momentos límites. El otro, el penoso permanecer esperando el obvio ocaso y el olvido.
Solo se accede al primero revisando lo hecho, encontrando y corrigiendo los errores.
Habiendo corrido ya algo de agua bajo el puente, parece que el partido bisagra del 28J termino de definir el rumbo favorablemente. Y no lo digo por las victorias parlamentarias, sino por la convicción de lo que se llevo adelante a pesar de no ser “conveniente”, por la firme humildad con la que se negocio, por ser perceptivo con los adversarios e inflexible con los enemigos.
Este gobierno, nuestro gobierno, por primera vez en 54 años encara temas ineludibles para la verdadera transformación de nuestra patria, enfrenta poderes enquistados desde antes de la colonia y lo hace sin contar con un caudillo arrasador como era Perón y sin el huracán de Evita.
Aun es muy temprano para saber si esta tendencia se mantendrá.
La “Nueva Mayoría”, gracias a la excelente labor política de este gobierno no solo goza de buena salud sino que parece crecer, potenciada por la ineptitud de los popes mediáticos de la oposición que en su mayoría tienen fecha cercana de vencimiento.
Por segunda vez en la historia, la oligarquía cometió el error de subestimar a un adversario, se ilusionaron el 28 de junio pensando que era un 16 de septiembre y les resulto una Martín García.
La revolución mediática que provocara la nueva Ley de Medios abre una caja de Pandora cuyo contenido corroerá el aceitado mecanismo de control social del poder establecido y las reformas impositivas y financieras que se avecinan parecen agregar mas arena que aceite a este mecanismo.
Luego del fallido intento del Departamento de Estado en Honduras y gracias a la eficaz actuación del bloque sudamericano comandado por Lula, las agresiones externas parecen lejanas o por lo menos muy difíciles de implementar.
El futuro parece promisorio, pero falta un larguísimo y difícil camino por recorrer, hay que ir “paso a paso”.
Como ya hemos dicho en este blog, gran parte del futuro de este gobierno se juega en la próxima interna del PJ y todos los movimientos van en ese sentido.
La bola de cristal muestra una victoria contundente en la interna y una reelección de Cristina. ¿Me estará jodiendo la adivina?
Ah, me olvidaba. ¡¡¡Feliz 17 de Octubre para todos!!!