Diez años después

Las canas que ya pueblan mayoritariamente mi recortada cabellera recomiendan ser cauto, no adelantarse ni festejar a cuenta de algo que todavía ni siquiera nació. Las decepciones de mi juventud todavía están frescas y los continuos retrocesos en el camino a esa Patria Justa, Libre y Soberana me enseñaron que siempre se debe mirar debajo de la alfombra.
Y no hablo de la recuperación económica, que si bien es la piedra angular del modelo, no es lo que me ilusiona. Hablo del sesgo sudamericano y popular de este gobierno, del enfrentamiento a cara descubierta con los sectores mas poderosos, del alumbramiento de esa Sudamérica que soñaba San Martín y que hasta hace pocos años solo parecía una alucinación de un romántico enajenado.
El primer llamado de atención fue esa peleada, trabajosa y rotunda victoria sobre el Departamento de Estado, en la que por segunda vez en la historia Sudamérica jugaba como un solo equipo. Me hizo pensar que algo más profundo se estaba gestando.
Pero el destino de la Resolución 125 y la derrota del 28J hicieron aparecer nuevamente esos fantasmas que tantas veces vi aparecer. No por la derrota en sí, sino por la falta de apoyo de los sectores mas necesitados. Se diagnostico y se actúo correctamente, hacia falta profundizar el modelo e ir a fondo. Y se hizo.
Esta no es la Argentina del ’45, pero que parecido es todo a lo que me contaban mis viejos acerca de esa época. Los mismos actores, los mismos enemigos.
La historia oficial habla del líder carismático y de la “santa” Evita, pero se preocupa bien de no nombrar las expropiaciones, el IAPI, la Junta Nacional de Granos, etc, etc.
Como jamás pensé estar, estoy, estamos frente a una posibilidad histórica de despertar del letargo y de comenzar un camino duradero hacia esa patria soñada.
Seamos sinceros, ninguno de nosotros en su sano juicio imaginaba este presente esa noche en la que el innombrable arrugaba para no pasar el papelón del siglo y le dejaba a Néstor una tierra arrasada para gobernar.
Todavía falta una eternidad y este recién es el comienzo del camino. La Ley de Medios y las causas Noble y Papel Prensa desarmaran la mas efectiva arma del poder instalado desde hace siglos, la imposibilidad política de un golpe de estado y el nuevo escenario político y económico mundial hace preveer pocas piedras en el camino, al menos de las piedras conocidas.
Recuerdo haber pensado en diciembre del 1999, que pensaría el General de nosotros al llegar el 2000 y estar tan dominados. Diez años después estamos poniéndonos de píe y mostrando los puños y los dientes. Nadie sabe el final de la película, pero seguro que el General y Evita estarán orgullosos.
¿Será posible?
¿La adivina tenía razón?