Queridos compañeros:
Recordemos que hace 27 años un general alcoholizado decidia enviar al sufrimiento y a la muerte a cientos de chicos con el único motivo de durar un poco más en el poder ejecutivo.
Recordemos el fervor de los adolescentes, el miedo de sus madres, la lealtad de casi toda latinoamérica (sobre todo de Perú).
Recordemos a los que fueron a las islas y no volvieron.
Recodemos a los que fueron y volvieron para suicidarse un tiempo despues.
Recordemos a los que fueron y volvieron para seguir sus vidas.
Recordemos ese multitudinario acto en la Plaza de Mayo que le hizo pensar a Galtieri que era Perón.
No tengo otra intención que la de no dejar pasar esta fecha, tapada por el funeral de Alfonsin o la rosca preelectoral. Solo eso.
El consumo de los argentinos sigue en baja
-
*Leemos en BAE*:
*-El consumo masivo sigue lejos de mostrar una recuperación: las ventas de
supermercados informada por el Indec reflejaron una nueva caíd...
Hace 15 horas
Estoy de acuerdo y apelo a la memoria también, pero además creo que también devemos fijarnos en como están hoy nuestros excombatientes, muchos inválidos y con problemas y sin ayuda alguna de los gobiernos de turno, miremos para atrás y para adelante. muy buen blog. Te mando un abrazo.
ResponderEliminarwww.pensadoresdelsur.blogspot.com
Hola Leonardo:
ResponderEliminarTenes toda la razón, me da mucha verguenza ver a aquellos que pusieron el cuerpo en la guerra no ser reconocidos como corresponde.
Hablo de reconocimiento humano y económico, hay tanto hijo de puta cobrando jubilaciones de privilegio...
Gracias por el comentario, nos estamos leyendo.
Un abrazo
Coincido plenamente, es una pena que una causa como Malvinas se transforme un agujero negro en la intelectualidad que no puede superar las tensiones del como y cuando de la guerra, un agujero negro en la sociedad, que no puede superar la construcción del relato oficial (no oficialista en este caso) un agujero negro en el reconocimiento al veterano de guerra.
ResponderEliminarGracias por el comentario.
ResponderEliminarUn abrazo, Marcelo