Se han escrito miles de textos acerca de lo que le ocurre a quien esta en el poder, de ese tránsito hacia la sola aceptación de su perspectiva de la realidad en detrimento de la perspectiva que lo llevo a acceder al poder. De la aceptación de opiniones solo favorables a su parecer y la idea casi paranoica que toda opinión contraria a la propia es un ataque ó un intento de socavar su autoridad.
Pero indefectiblemente, más tarde o más temprano todos caemos. En definitiva, somos humanos.
No estoy hablando de no reconocer algunas cosas públicamente, porque eso es parte del juego político. Estoy hablando de creer que “mi” realidad es “la” realidad.
Esto no es tan grave para humildes ciudadanos de a pié como quien escribe, pero en aquel que conduce una fuerza política y una Nación la cosa toma otra dimensión.
Nuestros compañeros que conducen este proyecto político, al que adscribo y apoyo, me temo que han cometido este tan común error.
Uno puede creer que no hay inflación, que la economía sigue creciendo, que se sigue mejorando como hace seis años. Uno puede hacerlo y gritarlo a los cuatro vientos, el problema es que si esto no es lo que sucede perdes credibilidad y ya no te creen nada, ni las verdades ni las mentiras.
Cuando un argentino que todavía no consiguió trabajo, que depende de algún plan social, que recibe dadivas del puntero de turno y el dinero le rinde cada vez es menos, escucha a su presidenta diciendo que todo esta bien se siente defraudado.
Me importa un pepino los reclamos del medio pelo que chilla de lleno.
Las necesidades de los más humildes de la patria, de aquellos que son la razón de ser del peronismo, son las que no hay que perder de vista.
Estoy hablando de palpar la realidad y meterse a caminar las calles.
Para muestra basta un botón. La primera acción de gobierno de Néstor fue viajar personalmente a Entre Ríos a solucionar él mismo el paro docente. No los convoco a la capital; fue, se sentó, discutió con las partes y soluciono la cuestión en conflicto. El mensaje fue claro y contundente, el presidente se arremanga, escucha a la gente y soluciona los problemas.
Recuerdo que espere infructuosamente esa misma actitud durante la escalada del conflicto con las patronales del campo, solo se escucharon discursos desde la capital.
No estoy planteando incapacidad de Cristina sobre Néstor, sabemos que ambos son un bloque compacto y uniforme.
Hablo de volver a las fuentes, abandonar las dulces palabras de los cortesanos enrolados en el SiNestismo y el SiCristinismo, abandonar los actos preparados para la TV y caminar sin custodia ni dirigentes por las calles de la Argentina.
Hablo de poner la cabeza en la boca del león, de ir a donde más te putean y no solo donde te aplauden y vitorean.
Hablo de no solo ir a los actos donde los dirigentes mueven el aparato.
Hablo de volver a poner las patas en la fuente. ¿Se entiende?
No hay que inventar nada nuevo, solo recuperar algunos hábitos.
Ingeniero Peronista, le reconozco una gran objetividad y agrdezco estas tan sentidas y profundas palabras de analisis en la derrota.
ResponderEliminarVolvamos a las fuentes.
su Compañero, Luis
Kyo: Muchas garcias, Luis. Espero que no sea el deseo de unos pocos. Un abrazo.
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